(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Se trata de una constatación meteológica. En España, sobre todo en la España seca, suele llover de manera especial en el mes de abril, que se sitúa en el centro de la primavera. En la primavera suele llover, y en algunas partes de manera especial en el mes de abril. Es un agua que llega sin turbulencia (además de la abundancia que indica mil). De ese modo es buena y no causa destrozos.
Cada uno debe vivir de su trabajo. Da a entender también que el trabajo debe ser retribuido debidamente.
Alaba las excelencias del aceite de oliva, a efectos dietéticos y para preparados medicinales.
El agua tomada en abundancia no daña, pero el vino sí; por eso, es preciso tomarlo con medida y sobriedad.
Del mismo modo que esta poderosa rapaz se alimenta de piezas mayores que los insectos, hay quien rechaza ciertos menesteres por considerarlos impropios de su categoría.
No se ven defectos en la persona amada o en lo que se ama.
Es raro que se consiga olvidar el primer amor, aunque a veces fuera sólo una mera atracción.
Las reacciones de los humanos, y más si se hacen movidos por el afecto o la pasión amorosa, no superan el examen racional.
Con amor se allanan las dificultades.
Alude a la fuerza del amor.
Se alude a una de las formas en las que se suele preparar estos alimentos.
Critica a los que se comportan de modo miserable, pese a ser ricos, o a quienes desechan algo de mayor valor.
Alude a la insaciabilidad de la avaricia.
Enseña que sólo apreciamos algo que poseemos, en especial la buena suerte o las posesiones, cuando falta o se aleja de nuestro lado.
En el semblante de alguien se manifiesta su buen o mal estado de salud o de ánimo. Puede aplicarse también este refrán a la situación económica.
Antes se conoce lo malo que lo bueno. Por otra parte, se hacen más comentarios de las malas acciones que de las buenas.
Alude a la inconstancia de la fortuna, que puede cambiar en un instante de modo que los males se pueden presentar de improviso, mientras que los bienes parecen llegar lentamente.
Recomienda procurar el bien, aunque no hay ser humano que se libre de desgracia y no debe cogernos desprevenidos.
En ocasiones se debe impedir que una situación negativa vaya a más con medidas drásticas, al igual que en cirugía se ha de evitar que el mal se propague a las proximidades.
Los productos con buena reputación o de excelente calidad no necesitan propaganda ni ser examinadas. Antiguamente era un modo de ensalzar un producto, pero modernamente alude más bien a la modestia y a la discreción.
Las cosas valiosas ocupan poco espacio. Aplicado a las personas, este refrán contiene un elogio de las personas de talla pequeña, pues afirma que la pequeñez física puede corresponder a personas con grandes cualidades morales.
Es muy conveniente saber guardar silencio y hablar oportunamente.
Una mercancía de buena calidad se vende por sí sola.
Mediante el referente del cencerro que se pone al ganado para localizarlo con facilidad, se recomienda ser precavido y diligente para no perder lo que se posee.
Así como el buey alcanza a lamerse por todas partes al no estar atado al yugo, quien no sirve a nadie hace su voluntad sin tener que depender de los demás. La paremia, por tanto, señala lo apreciable de la libertad. También se aplica esta paremia a la persona que, por estar soltera, no tiene las ataduras del matrimonio.
Se refiere con sorna a quienes no guardan las normas de urbanidad y siempre quieren ir en cabeza. También se dice cuando queremos que se aparte alguien que se ha puesto delante y no nos deja ver.
Resulta conveniente que cada matrimonio viva en su casa de modo independiente, sin compartirla con otra pareja.
En ocasiones, acertar con la elección del cónyuge o de un buen melón es cuestión de suerte, depende, en muchas situaciones, de la casualidad.
Se utiliza este refrán para animar a alguien a iniciar algo que no le agrada, o para que coma quien se confiesa desganado. En un sentido más amplio, señala que lo más difícil de cualquier empresa es el comienzo. En ocasiones se dice a quien está algo remiso a tomar alimento, por cortesía.
Una vez que la ocasión ha pasado, resulta vano solicitar a alguien cuál sería la solución más adecuada.
Subyace una cierta prevención para admitir que una mujer pueda tener discreción de juicio.
Da a entender que ambos no envejecen nunca.
Enseña que se debe guardar un equilibrio entre la ayuda que se ofrece a los demás y las propias necesidades, pues hay que ser generoso sin olvidar las necesidades de uno mismo. Alude también a la prudencia que se ha de tener para no ser ni demasiado pródigo ni demasiado avaro al dar algo.
Ante el desprecio, lo mejor es hacer otro tanto. Suele aplicarse al galanteo amoroso.
Ansiar algo disipa los temores e infunde ánimo.
Se refiere a la inestabilidad de los bienes terrenales. Señala que un período de escasez suele sobrevenir a otro de abundancia.
Recrimina a quien modifica sus costumbres relajadas cuando carece de fuerza para seguir con ellas.
Recrimina a quien escatima por avaricia al adquirir género de mala calidad y, por tanto, de escasa duración, lo que le obligará a volver a comprar. De este modo, en vez de ahorrar, gastará más, pues comprará dos veces en lugar de una.
Alude al poder del dinero, porque, cuando no se depende económicamente de otros, se actúa con más libertad y justicia.
Lo piensan quienes no ponen reparos a la procedencia del dinero que se consigue.
Establece semejanza entre el pretendiente y el pescado para alimentarse. Es preferible el joven al resabiado en otros galanteos. En sentido general, alude a lo agradable que resulta la novedad.
Evita correr riesgos quienes han sufrido una experiencia desagradable, como hundirse en un río.
Conviene alejarse de los excesos y acercarse al término medio, lo que resulta siempre deseable.
Se emplea esta paremia para excusar cualquier vía o procedimiento no muy honesto que lleve a un fin presumiblemente bueno.
No es raro que lo apetecible resulte dañino física o moralmente.
Se ensalza el ahorro por encima del beneficio de obtener más riqueza, puesto que si no se sabe guardar, de poco servirá. Las ganancias se deben a veces a la suerte, a una casualidad que nos beneficia y nos alegra inesperadamente, mientras que el esfuerzo vigilante por llevar una buena administración exige prudencia y buen juicio.
Se alude al poder de las apariencias, en las ocasiones en las que el adorno y el aseo ocultan parte de los defectos físicos de alguien. En este caso, se alude también al interior de la persona, a su intención, estado, etc.
Recomienda no juzgar a las personas por su aspecto externo, pues no siempre el exterior corresponde al interior.
No hay mejor estímulo y maestro que la necesidad.
En situaciones extremas, se hacen cosas que resultan inusuales.
Cuando la necesidad es extrema, se llegan a cometer acciones censurables.
Indica el poderoso influjo que tiene la naturaleza, el ejemplo y las costumbres de los padres en los hijos.
El ser humano no siempre sabe discernir confome a la razón y por esa causa no aprende de la experiencia y vuelve a equivocarse en una situación semejante.
Alude al riesgo existente en la demasiada familiaridad o el trato frecuente entre hombres y mujeres, por la fragilidad humana.
Se refiere a la crueldad humana o al hecho de que, en ocasiones, nuestros peores enemigos son nuestros semejantes.
Se emplea cuando surge un obstáculo o un imprevisto que trastoca o destruye nuestros planes y expectativas. Refleja un sentido providencialista de la vida humana.
Alude a la belleza masculina, al señalar que, en el hombre la belleza no es importante para su virilidad y atractivo. En ocasiones, puede emplear este refrán un hombre poco agraciado como argumento justificativo.
La permanencia prolongada de un huésped causa fastidio y trastorna el ritmo de la casa.
De nada sirven los buenos propósitos si no van acompañados de las obras. Se emplea con sentido irónico para criticar a quien incumple su palabra.
Advierte que, aunque ya sea tiempo de primavera, aún puede haber frío en este mes.
Resulta inútil actuar cuando ya es tarde, cuando ha pasado la oportunidad.
Previene contra el fingimiento femenino, que puede presentarse como llanto o exageradas lamentaciones.
Censura al heredero que simula sentir duelo, pero que en el fondo se alegra por lo que va a recibir. En sentido general, recrimina al hipócrita.
Alude a la imposibilidad de que alguien cambie su forma de ser, en especial si es un ser malvado.
Se emplea este refrán para tranquilizar ante el temor de un vecino peligroso o ante una situación extraña, pero no hay que confiarse.
Da a entender que el castigo corrige los vicios y malos actos, incluso en las personas carentes de razón.
Critica al que pretende ser sabio y dar lecciones, cuando en realidad carece de conocimientos en la materia.
Denota la indiferencia o superficialidad que sentimos por algo que no nos afecta directamente.
El mal o la enfermedad entra de golpe y tarda en desaparecer.
Señala las cualidades preferibles de una y otra profesión. El médico necesita experiencia lo, que se traduce en años de ejercicio, mientras que el barbero necesita tener el pulso firme para no cortar a quienes arregla la barba o el pelo, y eso se tiene mejor cuando se es joven.
La fidelidad de este animal lo hace deseable como animal doméstico.
Se emplea para excusar la falta cometida por primera vez, en especial por quien es muy hábil.
Es fácil descubrir al que miente, pues es fácil que incurra en contradicciones.
El temor del castigo es bastante eficaz para impedir que se cometan actos que atenten contra la propiedad ajena..
Cuando no se tiene dinero, se suele comprar lo más barato y, por tanto, no siempre será un producto de la mejor calidad. Puede que se rompa al poco tiempo y no quede más remedio que comprar un segundo producto.
Se recomienda cambiar de gallo cuando pierde el vigor y de empleado cuando adquiere excesiva confianza en la casa y hace su voluntad.
Cuando alguien muere, los allegados al fallecido, por mucho pesar que sientan, han de atender sus asuntos y necesidades, entre ellas una tan básica como su manutención. Se aplica también este refrán para recriminar a quien se olvida demasiado pronto del muerto.
Se dice esta paremia cuando se encuentra a alguien de improviso en un lugar inesperado o después de mucho tiempo, incluso años.
El propietario de un bien o de un negocio debe estar muy pendiente de él, si quiere que funcione bien.
Al ser el ojo algo tan delicado, hay que evitar tocarlo con la mano, pues no siempre está limpia.
Acudimos por ayuda en la necesidad, pero solemos olvidar el compromiso de agradecimiento.
Si uno no trabaja por desidia, no consigue hacerse rico y siempre tendrá necesidades y deseos sin conseguir.
Reprende a quien no disfruta de algo y además impide que otros lo hagan.
Las personas mayores son quienes mejor aconsejan, lo que suelen hacer frecuentemente.
Censura la afición o el oficio de la pesca con caña porque a duras penas se puede sobrevivir con ella, apenas se consiguen beneficios tras largas horas de intentarlo. Recimina al holgazán que busca actividades de poco trabajo y escasa utilidad.
El aspecto de la cabeza del pescado es importante para saber si está o no fresco.
Se utiliza cuando alguien abusa de su fuerza o poder.
Se recomienda evitar las situaciones de apariencia engañosa o aquellas que puedan entrañar peligro.
Recomienda estar atento a los bienes o negocios propios, con el objeto de que no sufran perjuicio alguno.
Todos los seres vivos han de morir sin distinción alguna.
El don de la poesía es en gran parte innato, pues no se adquiere con el trabajo sino que es fruto del genio. En general, se aplica a las artes que requieren poseer un don para ello.
Alienta a emprender alguna tarea, cuando iniciarla requiere mucho esfuerzo.
Alude a la edad en la que ya se debe haber adquirido una madurez mental y haber elegido un buen oficio porque, de lo contrario, no se logrará cierto bienestar. Advierte también contra los que aplazan asumir responsabilidades laborales y de otra índole.
Recrimina la excesiva arrogancia, al tiempo que advierte que es frecuente que reciba su merecido.
Con frecuencia, para conseguir algo, es necesario luchar bastante para superar las dificultades que puedan presentarse, pues, por lo general, toda obra tiene sus dificultades.
Quien tiene la conciencia tranquila duerme o descansa con total tranquilidad. Se dice de quien no puede dormir por algún motivo o sin motivo aparente. También se aplica a quien se oculta para evitar represalias de la persona a quien ha podido perjudicar.
Se dice esta paremia para prevenir a alguien de que tendrá que atenerse a las consecuencias si no respeta algo establecido.
El esfuerzo y la inteligencia son necesarias para obtener lo que se desea.
Carece de inteligencia quien pretende hacer dos cosas incompatibles a la vez.
Se critica a quien finge comprar barato por soberbia. También indica este refrán que, si bien uno puede engañar a los demás, no puedo hacerlo con uno mismo.
Es astucia común del comprador no mostrar interés por lo que de verdad desea, con el fin de obtener mejor precio.
Se emplea en defensa de quien dice la verdad.
Señala la importancia de elegir bien al cónyuge, pues contribuye a lograr la felicidad y a sobrellevar mejor los problemas.
Advierte contra el exceso de confianza en uno mismo.
Alude al sufrimiento que padece quien vive en una esperanza incierta de conseguir lo que desea.
Justifica la penalización o la indemnización por algún descuido o torpeza.
Quien pone los medios necesarios y no desiste en su empeño, alcanza el fin que persigue.
Cuando se pide explicación de algo, responde debidamente quien conoce el asunto o la materia. Se emplea también para advertir que no actúe ni hable quien no es entendido en la materia.
Enseña que es sólida la instrucción aquirida con la lectura y los viajes.
Da a entender que las leyes están para cumplirlas, empezando por quienes las legislan, pues ellos deben ser los primeros que deben cumplirlas.
Recomienda no actuar con precipitación sino saber administrar las fuerzas y terminar lo que nos proponemos.
Alude irónicamente a quienes, cuando hay algo de interés, se adelantan a los demás para obtener el beneficio o aprovechar la oportunidad. En cierto modo, recomienda no dormirse, pues luego será tarde.
No conviene creer en algo sin haberlo examinado con calma primero. Por otra parte, plantearse dudas es esencial para adquirir conocimientos.
Si se quiere lograr algo, hay que pretenderlo e, incluso, solicitarlo repetidas veces o despertando la compasión.
Recrimina a quienes protestan o se quejan ante los inconvenientes que produce alguna tarea.
Recomienda adoptar una actitud optimista ante cualquier inconveniente, porque se sobrelleva mucho mejor.
Advierte que cada cual debe esforzarse para lograr su sustento.
Quien tiene algo a su alcance suele quedarse con algo, o con lo mejor para sí mismo.
Resulta difícil creer a quien goza fama de no decir la verdad.
Conviene recabar información sobre un asunto que nos interese, y, además, ha de saberse hacer con habilidad e inteligencia.
Por lo general, el más diligente consigue lo que se propone.
Da a entender que hay que sacrificarse y trabajar para conseguir algo, ya sea un bien material o espiritual.
Enseña que un obsequio o atención facilta la venta de algo o propicia la reacción favorable de otra persona, pero no todo el mudno sabe o quiere darse cuenta de tal gesto, quizá porque ven un fin interesado.
Recomienda no cantar victoria antes de tiempo. También se emplea para aludir a la alegría que se siente al finalizar algo con éxito. Puede tener un sentido irónico, al decirlo quien ha sido el primero en alcanzar alg que pretendía al mismo tiempo un rival.
Quien hace un daño debe responsabilizarse de ello y atenerse a las consecuencias. Se emplea cuando alguien comete un estropicio o un perjuicio.
Quien no ayuda a los demás se verá obligado a hacer las cosas solo, porque no hallará quien le socorra.
Advierte que todos podemos equivocarnos y, por tanto, se emplea este refrán para disculpar las equivocaciones.
Quien cuenta con los medios adecuados consigue evitar riesgos o salir de situaciones conflictivas.
Quien tiene faltas censurables debe ser moderado en la crítica a los demás.
Si contamos con la ayuda de alguien, es posible que logremos nuestros propósitos. Se emplea para recordar la necesidad de contar siempre con influencias y recomendaciones (los vulgares enchufes).
Alude a quien se jacta de tener algún pariente acomodado, pese a que no puede recibir de él ningún favor, porque no se acuerda de él por vivir lejos o por cualquier otro motivo.
Aunque haya obstáculos y fracasos, lo que importa es seguir adelante, adquirir experiencia de los tropiezos, por lo que algunas dificultades, las que no son definitivas, pueden servir de estímulo para avanzar.
Se refiere a la persona que conserva su atractivo, su vigor o su habilidad, pese al paso de los años.
Alude a la fuerza del destino. Cuando el destino nos proporciona una suerte, Dios velará porque se cumpla.
Se emplea para indicar que se ha trabajado bastante y, si alguien viene de nuevas, debe ponerse a la altura de los demás.
Previene contra la falsa virtud que esconde una intención peligrosa.
Alude al villano que se muestra engreído cuando se siente necesario.
Indica que el saber no presenta ningún tipo de inconveniente, nunca estorba.
Contrapone la humildad de quien posee muchos conocimientos frente a quien carece de ellos y, por eso, se muestra osado y pretencioso.
Los preparativos de un viaje, hasta que uno sale de casa, son más largos y molestos que el viaje en sí.
Alude a quien presta servicio sin obtener beneficios e incluso con alguna pérdida, porque hay quien no sólo se contenta con que se le sirva sino que dejan que se gafa el gasto sin dar nada a cambio.
Equipara la muerte con el sueño, porque tanto en la una como en el otro las funciones quedan paralizadas, si bien en el sueño es de forma temporal y eterna en el caso de la muerte.
Resulta más eficaz el paso del tiempo que cualquier medicamento para hacer desaparecer los males, los males morales, como los causados por el amor, no a los físicos.
Invita a ser diligentes en nuestros asuntos, a la vez que recuerda que la vida es breve, por lo que se debe aprovechar el tiempo que se nos concede.
Aconseja esperar para ver lo que sucede, cómo se resuleve un asunto.
No debemos descuidarnos para no perder el tiempo ni las ocasiones.
Se emplea cuando se ha cometido una injusticia, a modo de consuelo, pues sólo cabe esperar que la situación cambie y la verdad aflore a la vista de todos.
Hay problemas, males o situaciones que sólo se resuelven con el paso del tiempo o al acomodarnos a ellos. El refrán se refiere en especial a los males morales, como los causados por el amor, no a los físicos
Quien queda al final de algo no alcanza su propósito.
Cuando estamos dominados por algún vicio no actuamos con sensatez ni con justicia.
Dada la fragilidad humana, no debe haber descuidos que favorezcan los delitos ni dar facilidades para cometer un delito o caer en la tentación.
Muestra la utilidad de estar callado, pues el silencio excusa muchas necedades.
Se dice para aludir a quien va a ocuparse bien de algo por estar perfectamente capacitado para ello. Puede emplearse irónicamente, si se desconfía de la rectitud de quien tiene algo a su cargo.
Conviene adaptarse a los usos y costumbres del lugar donde uno viva o adonde uno vaya.
Se aplica a quien sigue las costumbres o el oficio de sus progenitores o señores. Puede emplearse en sentido negativo, cuando alguien tiene un vicio y, por su influencia, quienes están con él.
Advierte que suele faltar alguna cosa en el lugar donde es natural o fácil hacerla o conseguirla. También se emplea cuando los hijos no siguen la misma vía profesional de sus progenitores.
Alude a la vida desastrosa de quienes no poseen los suficientes medios económicos. Se trata de una creencia fatalista por la que los desgraciados no mejoran de suerte.
Donde hay abundancia fácilmente se improvisa una comida o se salva una dificultad.
No siempre resulta conveniente que los demás se enteren de lo que sabemos hacer bien, pues pueden pretender abusar de las habilidades.
En el mes de diciembre, el campo no necesita que el labrador trabaje tan intensamente como en otros meses, de modo que, si tiene con qué calentarse, puede descansar tranquilo.
Los excesos no son convenientes, ni siquiera en lo bueno.
Alude a la inexistencia del bien cumplido o a los infortunios que padecen todos de un modo u otro..
Un mediocre parece bueno entre gente sin ningún valor. En un sentido más amplio, se aplica a lo que es mediano y parece bueno entre lo malo.
Se advierte que cada cual pagará las consecuencias de sus actos.
Resulta inútil pretender algo cuando es imposible porque no se dan las condiciones favorables.
A pesar de que En febrero, un día malo y otro bueno, el sol puede tener fuerza algunos días, por lo que apetece el frescor de la sombra.
Alude al tiempo alegre de la primavera, hay más luz -porque aumentan las horas de sol y la temperatura es agradable-, en el que se puede averiguar cómo irá la cosecha.
Alude a los inconvenientes que puede acarrear la necedad.
Se aconseja la reserva y prudencia en el hablar, al tiempo que elogia a quien mantiene reserva incluso en lo que es público o al no comentar los hechos escandalosos, pese a ser del dominio público.
Excusa lo que se hace en esos trances bélicos u amorosos.
Se emplea para señalar que, cuando hace falta, se debe repartir lo que se tiene. También se dice para convencer a alguien para que se quede a comer, aun cuando no se la esperaba.
En situaciones como la comida o el juego, se reconoce a las personas con educación y con mesura.
En los momentos difíciles se muestra la auténtica amistad.
Alude a las ocasionesen las que la lentitud en actuar empeora la situación, aumenta el peligro.
Se estima que el contraste, o al menos la diversidad, suele agradar.
Recomienda no ser entrometido en los asuntos ajenos.
Esta imagen evoca con cierta melancolía el tiempo pasado. Se alude a la inestabilidad de las cosas terrenas y a la diferencia entre el modo de recibirnos en una casa cuando hay otro dueño o éste ha sufrido cambios de fortuna. También es la respuesta que se da a quien se trata de invitar a hacer algo, pero ya no tiene la edad o la ilusión de antes. Incluso se aplica irónicamente a alguien con un vicio arraigado, pero sin energías o medios para satisfacerlo.
Se recomienda no hacer nada arriesgado el martes, por considerarse un día aciago, de mala suerte.
Los imprevisibles cambios de tiempo dan lugar en ocasiones a que un tímido sol luzca en diciembre y, sin embargo, tras la Semana Santa, esto es en la Pascua Florida o de Resurrección, vuelva el frío.
En el mes de octubre ya se empieza a notar el frío y se ha de encender la chimenea.
Se alude a una labor agrícola oportuna en el mes de octubre.
Alude a la tranquilidad que se siente al estar en un lugar conocido.
Critica a quien se olvida de los amigos cuando está viviendo un período próspero o afortunado.
Dado que la recogida de los melones se realiza en una época muy calurosa, resulta aconsejable que el predicador no se extienda demasiado en el sermón.
Cuando alguien está fuera de su espacio habitual, pierde su autoridad, está desprotegido, hasta el punto de que cualquiera, aun siendo inferior, se atreve a atacarlo.
Hay problemas o disgustos en todas partes y circunstancias.
Se dice de quienes quieren estar a bien con todos, sin definirse para no correr riesgos.
Admonición a quien se resiste a hacer un favor.
Advierte contra la indiscreción y el desafecto de quienes sirven en una casa, pues, por ser conocedores de lo que ocurre en ella, pueden utilizar -llegado el caso- lo que sabe contra quienes les han contratado.
Los que mantienen amistad deben tratarse amablemente pero sin formalismos.
Originariamente alude a que los hortelanos alternan diferentes productos en las eras de su huerta. Esta idea de alternancia ha hecho que se aplique también este refrán cuando se produce una alternancia de las cosas buenas con otras menos buenas. Del mismo modo, se utiliza en las ocasiones en que conviene variar de vez en cuando para no llegar a cansarse de algo. Se dice, además, si nos sentimos engañados en una compra, cuando nos han mezclado productos de diferente calidad.
Existe una serie de formalidades ineludibles en asuntos o negocios, aunque en ellos estén implicados amigos o familiares, por lo que no deben tomarse como signo de desconfianza en la amistad, sino como una forma de mantenerla sin discordia.
No es aconsejable entrar en conflictos familiares, porque los que son de la misma sangre suelen después entenderse y pueden achacar a los extraños una culpa que no les corresponde y, de esa forma, se pierde la amistad.
El amor puede dar lugar a que uno se sacrifique por el otro, en particular cuando se trata de un matrimonio. Simboliza el grado de unión de los cónyuges.
Se alude al comienzo de la primavera.
Dentro de la familia hay discrepancias y enfrentamientos.
Recomienda no intervenir en las discusiones entre parientes, porque ellos pueden reconciliarse con facilidad; pero quien ha tratado de mediar con frecuencia pierde la amistad de algunos o de todos.
Recomienda extremar la prudencia en las ocasiones en que concurren personas de diferente sexo, incluso si se trata de personas de probada virtud o consagradas a Dios, pues puede correr peligro su castidad.
En ocasiones se achaca a una sola persona o a una única causa el daño producido por muchas, un daño que ya no se puede remediar. Se emplea cuando nadie desea asumir la parte que le corresponde de responsabilidad de algún suceso infausto, en cuyo resultado han contribuido varios factores.
Como el olvido invade paulatinemente el recuerdo de los muertos, la envidia sólo alcanza a los vivos.
Para aprender, es necesario equivocarse y, luego, rectificar.
Por lo general, las malas noticias se difunden con mayor rapidez que las buenas.
Las personas que se han criado en una buena familia saben reconocer y agradecer a quienes les prestaron ayuda.
Cuando una situación ha ido empeorando, llega un punto en que estalla, aunque parezca que se debe a una causa insignificante.
Se dice en general cuando se realiza un esfuerzo inútil, bien por tratar de instruir a un imbécil o a alguien que se niega a recibir ningún tipo de enseñanza, bien por tratar de entrar en razón a una persona obstinada.
Recriminación contra los ricos y poderosos.
Manifiesta que algunas ayudas o soluciones producen más inconvenientes que el problema en sí.
A veces, por tratar de evitar un problema, se desemboca en una situación más difícil todavía.
Lo que no se ha usado tiene mejor rendimiento pues no ha sufrido deterioro.
Las personas excesivamente curiosas suelen oír cosas que les disgustan o entristecen.
Recrimina a los que se sorprenden de los defectos ajenos cuando los suyos son mayores.
Se emplea para indicar que no es suficiente con lo que se tiene.
Se emplea para indicar que, en diciembre, el frío es tan intenso que hasta los más resistentes lo sufren.