A barriga llena, corazón contento
Una vez saciado el apetito, uno se siente satisfecho y feliz.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Una vez saciado el apetito, uno se siente satisfecho y feliz.
Una vez saciado el apetito, la satisfacción trae la alegría. En un sentido más amplio, se emplea este refrán para expresar la alegría que experimenta quien consigue lo que necesita y está satisfecho por ello.
La alegría y el buen humor son un excelente tónico para la vida.
Paradójicamente, el llanto puede deberse a satisfacción y contento.
Cuando se ha saciado el apetito, el ánimo está alegre.
Parte de la alegría que se puede conseguir se experimenta la víspera, el tiempo previo en que se sueña y se desea.
El que se conforma con lo que tiene, aunque sea poco, no pierde energías a causa del descontento o de la envidia.
La felicidad no está en poseer muchos bienes sino en conformarse con lo que se tiene. Así, la pobreza se sobrelleva mejor si se adopta una actitud adecuada y optimista.
La pobreza y la alegría no son incompatibles, como se aprecia en actos sociales importantes, en especial las bodas.
Alude a la escasa duración de las cosas que nos causan alegría o placer. Señala que, por lo general, abunda más lo malo que lo bueno.
Advierte que todo tiene su parte negativa y su parte positiva, por lo que no se puede alcanzar la felicidad completa.
La felicidad no se alcanza con una ambición desmesurada.
Todo tiene su parte negativa, su parte triste, por lo que no queda más remedio que aceptarlo como es.
No hay felicidad completa en este mundo, pues todo tiene su parte alegre y su parte triste.
Este refrán indica que no se puede estar del todo contento, porque siempre suele haber algún problema que resolver o porque sobreviene alguna desgracia.
No se puede quedar plenamente satisfechos, pues todo tiene una parte alegre y otra triste.
Alude a la poca duración de los bienes humanos, pues, tras un acontecimiento feliz y próspero sigue, por lo general, otro triste y desgraciado.
Alude a la relación que existe entre estar feliz y bien alimentado.
Advierte que no se alcanza la dicha por completo, pues siempre hay algún sinsabor.
Alude a la imposibilidad de alcanzar la dicha completa, porque siempre hay algún perjuicio o algún sinsabor.
Se refiere a un bien que se ha hecho esperar mucho.
Alude a lo poco que duran las alegrías.
Aconseja no tratar de cambiar algo que nos satisface plenamente.
Alude a la relación existente entre alegría y buena alimentación, pues, quien no ha saciado su apetito, no tiene ganas ni de divertirse.
Se aplica a quien es feliz y tiene una situación económica muy desahogada, a quien tiene medios y puede enriquecerse aún más, y también a quien tiene riqueza y le favorece la suerte.
Viene a decir que quien tiene miedo debe afrontarlos con atrevimiento, con buenas ganas. Alude a la alegría que produce cantar y a la que se siente al escucharlo.