A poco caudal, poca ganancia
Señala la correspondencia inexistente entre los fines y los medios: una escasa inversión suele acarrear poco beneficio.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Señala la correspondencia inexistente entre los fines y los medios: una escasa inversión suele acarrear poco beneficio.
Cuando nos dan, ponemos buen gesto; pero, cuano toca devolver, ya es otra cosa. No es fácil conciliar amistad y cumplimiento de lo que obliga un préstamo. Por eso, advierte este refrán lo peligroso que resulta prestar a los amigos, porque pueden tardar en devolver lo prestado o directamente no hacerlo, tomando como excusa la amistad.
Si se quiere vender algo, se suele tratar de convencer a los posibles compradores de que su mercancía es la mejor. En sentido amplio, cada cual suele encarecer lo propio y presenta lo suyo como lo más perfecto. En ocasiones, se emplea con un sentido irónico para criticar a quien presume de sus méritos.
La franqueza en las opiniones y la exactitud en las cuentas son medios para mantener la amistad.
Muestra que debe haber seriedad en las cuentas incluso entre grandes amigos.
Advierte que uno no debe encomendarse a jóvenes inexpertos cuando se trata de asuntos o negocios de importancia.
Se dice cuando es preferible limitar el número de personas para conseguir que reine la concordia. Se aplica a los negocios, porque resulta más fácil que haya pocos socios a muchos, por la discordancia en los distintos pareceres. También puedeaplicrase a las parejas cuando aparece una tercera persona.
Los productos con buena reputación o de excelente calidad no necesitan propaganda ni ser examinadas. Antiguamente era un modo de ensalzar un producto, pero modernamente alude más bien a la modestia y a la discreción.
El propietario de un bien o de un negocio debe estar muy pendiente de él, si quiere que funcione bien.
Recomienda estar atento a los bienes o negocios propios, con el objeto de que no sufran perjuicio alguno.
Es astucia común del comprador no mostrar interés por lo que de verdad desea, con el fin de obtener mejor precio.
Existe una serie de formalidades ineludibles en asuntos o negocios, aunque en ellos estén implicados amigos o familiares, por lo que no deben tomarse como signo de desconfianza en la amistad, sino como una forma de mantenerla sin discordia.
Para que vaya bien un negocio o un bien, el propietario debe cuidar de él personalmente y no dejarlo al cuidado de otro.
Denota la lentitud con que se realiza algo, en especial los trámites burocráticos de la Administración.
No conviene mezclar la amistad con los negocios, pues se puede correr el riesgo de perderla.
Recomienda poner por escrito cualquier acuerdo establecido con otra persona, por ser la forma más eficaz de demostrar que tal acuerdo existe. Advierte, pues, contra quienes no cumplen su palabra.
En cuestiones económicas no se puede tener en cuenta la amistad.
Quien emprende con conocimiento un negocio lo llevará a buen término.
Se refiere a la fuerza de la promesa, pues quien la hace queda obligado a cumplirla.
No conviene tener asuntos económicos con los amigos, porque suele suceder que se pierda lo que se ha prestado al amigo e, incluso, la amistad, si se empeña en tratar de recuperar lo prestado.
Se aplica a quien es feliz y tiene una situación económica muy desahogada, a quien tiene medios y puede enriquecerse aún más, y también a quien tiene riqueza y le favorece la suerte.