Como es el pan será la sopa
Con buenos condimentos se obtiene una buena comida. Del mismo modo, quien posee buena condición hará buenas obras. En sentido general, se aplica a la relación existente entre la calidad de algo y su materia prima.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Con buenos condimentos se obtiene una buena comida. Del mismo modo, quien posee buena condición hará buenas obras. En sentido general, se aplica a la relación existente entre la calidad de algo y su materia prima.
Cuando se emplean elementos de calidad, el resultado es satisfactorio. Se aplica también cuando entre la ascendencia y la descendencia existe una relación de calidad.
Señala que, de la casa rica, son buenos hasta los desperdicios. En sentido general, se aplica también a personas.
Los hijos heredan las cualidades de sus progenitores.
Se refiere a la relación existente entre la causa y el efecto, concretamente, la calidad del resultado.
Los productos con buena reputación o de excelente calidad no necesitan propaganda ni ser examinadas. Antiguamente era un modo de ensalzar un producto, pero modernamente alude más bien a la modestia y a la discreción.
Las cosas valiosas ocupan poco espacio. Aplicado a las personas, este refrán contiene un elogio de las personas de talla pequeña, pues afirma que la pequeñez física puede corresponder a personas con grandes cualidades morales.
Una mercancía de buena calidad se vende por sí sola.
Cuando no se tiene dinero, se suele comprar lo más barato y, por tanto, no siempre será un producto de la mejor calidad. Puede que se rompa al poco tiempo y no quede más remedio que comprar un segundo producto.
Se critica a quien finge comprar barato por soberbia. También indica este refrán que, si bien uno puede engañar a los demás, no puedo hacerlo con uno mismo.
Se trata de un refrán gastronómico que, empleado en sentido más general, puede referirse a las cosas de calidad y a los beneficios que conlleva usarlas.
La calidad de personas, animales y objetos no radica en su tamaño. Con frecuencia, el tamaño mediano y las proporciones armoniosas son más estimadas, como sucede con las sardinas no tan grandes, de espinas menos gruesas y bocado delicioso.
Quien compra género de mala calidad y poco durarero, por ser barato y con la intención de ahorrar, deberá con el tiempo comprarlo de nuevo. Por eso, se recomienda adquirir género de mejor calidad, aunque sea más caro que el género ordinario.
Elogia la calidad de lo que está bien acabado o realizado con tiempo. Por eso, muestra sus características positivas.
Es preferible la calidad a la cantidad, porque lo despreciable de algo bueno es preferible a lo aceptable de lo despreciable.
Es preferible la calidad a la cantidad.