La mejora económica y social que una generación ha logrado con esfuerzo, sitúa en mejor posición a la siguiente, pero la posterior no siempre mantiene el hábito de esfuerzo y economía con que se alcanzó. Quienes han trabajado mucho para conseguir algo no gastan a la ligera como los que lo han recibido por la generosidad y el sacrificio de sus progenitores.
La fortuna no suele aparecer con frecuencia y, si viene o parece que viene, unas veces lo hace mezclada con problemas, otras con alegrías, pero, por lo general, no como uno lo desearía. Por eso, recomienda la economía a quien vive expuesto a continuas contingencias, como les sucede a los campesinos con la recolección de los granos y de la uva, que se hace sólo una vez al año.
Según haya sido meteorológicamente el año, así será la vendimia que se recoja y, por consiguiente, la calidad y cantidad del vino. Conforme sea la cosecha, abundante o escasa, así será el tamaño del jarro con el que se dé de beber. De modo general, señala la necesidad de que los gastos no superen los medios para cubrirlos.
Se ensalza el ahorro por encima del beneficio de obtener más riqueza, puesto que si no se sabe guardar, de poco servirá. Las ganancias se deben a veces a la suerte, a una casualidad que nos beneficia y nos alegra inesperadamente, mientras que el esfuerzo vigilante por llevar una buena administración exige prudencia y buen juicio.
Recomienda saber esperar la situación propicia para actuar, porque habrá alguna más adecuada que la situación actual. También aconseja reservar provisiones del gasto cotidiano.
Quien compra género de mala calidad y poco durarero, por ser barato y con la intención de ahorrar, deberá con el tiempo comprarlo de nuevo. Por eso, se recomienda adquirir género de mejor calidad, aunque sea más caro que el género ordinario.
No se debe desechar las ganancias cortas por insignificantes que puedan parecer, pues son elevadas si se las reúne. Lo mismo se puede afirmar de los desperdicios cortos, porque pueden causar gran daño, si son continuados.
Si se come lo suficiente, queda para otras veces, lo cual representa salud y economía. Este refrán recomienda moderación en los gastos de comida y, en sentido general, aconseja no desperdiciar la hacienda, ahorrar para mantenerse sin necesidad de pedir ayuda a los demás.