Agua vertida, no toda cogida
Enseña que no se puede remediar todo el daño causado por alguna indiscreción, en especial cuando la maledicencia deja mancillado el buen nombre de alguien, porque nunca la reparación del honor resarce del mal hecho.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Enseña que no se puede remediar todo el daño causado por alguna indiscreción, en especial cuando la maledicencia deja mancillado el buen nombre de alguien, porque nunca la reparación del honor resarce del mal hecho.
La bondad causa honra y confiere nobleza, no los apellidos heredados.
Una vez que se adquiere buena fama, poco trabajo cuesta conservarla, pues no se da crédito ni a la evidencia que merecería descrédito.
Los productos con buena reputación o de excelente calidad no necesitan propaganda ni ser examinadas. Antiguamente era un modo de ensalzar un producto, pero modernamente alude más bien a la modestia y a la discreción.
Resulta difícil creer a quien goza fama de no decir la verdad.
Por lo general, son poco beneficiosos los empleos de honor, pues en rigor implican desinterés; no resulta compatible, pues, ser honesto e interesado. Quien es honrado no ha de ser interesado. También significa que no suele ser honesto quien se enriquece en poco tiempo.
Es preferible el valor moral reconocido que la riqueza.
Exhorta a mantener en todo momento una reputación intachable, aunque suponga realizar grandes sacrificios.
Es preferibe preservar la buena reputación que vivir sin ella.
Recriminia al cobarde y al ruin que no se atreve a comparecer y prefiere que su reputación resulte seriamente dañada.
Se aplica a quien obtiene buena reputación fuera de su lugar de origen, cuando en éste no pudo disponer de los medios adecuados para alcanzarla, en ocasiones por envidia o enemistad. También se emplea para aludir a quienes se han visto obligados a abandonar su tierra natal precisamente para conseguir en otro lugar lo que se la negado en el suyo: la posibilidad de desarrollar sus aptitudes.
Puede que ciertas personas o cosas consideradas hoy malas, sean tenidas por buenas, al compararlas con otras peores. Suele decirse cuando alguien deja un lugar, un puesto de trabajo, generalmente no por su propia voluntad.
En ocasiones, es suficiente con un hecho aislado para crearse una reputación.
Resulta difícil deshacerse de la fama de mentiroso, una vez adquirida.
Da a entender que, por lo general, se trata a una persona en función de su riqueza.