¿Adónde va la lengua? Adonde duelen las muelas
Igual que de modo instintivo la lengua va a la muela que duele para aliviarla, cada uno sabe mejor que nadie lo que le perjudica o lo que le conviene.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Igual que de modo instintivo la lengua va a la muela que duele para aliviarla, cada uno sabe mejor que nadie lo que le perjudica o lo que le conviene.
Enseña que no se puede remediar todo el daño causado por alguna indiscreción, en especial cuando la maledicencia deja mancillado el buen nombre de alguien, porque nunca la reparación del honor resarce del mal hecho.
Resulta habitual criticar a alguien cuando no se encuentra presente.
Advierte del daño que alguien puede ocasionar si no es capaz de guardar un secreto.
Alude al trato entre personas unidas por un vínculo amoroso. Se puede aplicar también a la poca importancia que se da a las molestias que conlleva la convivencia entre dos personas, cuando se quieren de verdad.
Del mismo modo que lo que es bueno para un órgano no lo es para otro, lo que aprovecha a unas cosas o a algunas personas perjudica a otras, por lo que no todas las cosas convienen a todos.
Cuantos menos rivales se tenga, más fácilmente resultará vencerlos y se vivirá más seguro. Se emplea cuando se pretende deshacerse de quien causa daño o perjuicio.
Alude a la inestabilidad de la fortuna que puede afectar a los bienes en sentido negativo y provocar daños cuando menos se espera.
Recomienda no inculpar a otro ni hacer público lo que pueda perjudicar a alguien aunque apoye nuestro argumento.
Manifiesta el daño que causa en el entendimiento el exceso de bebida alcohólica.
Alude a quien presta servicio sin obtener beneficios e incluso con alguna pérdida, porque hay quien no sólo se contenta con que se le sirva sino que dejan que se gafa el gasto sin dar nada a cambio.
En ocasiones se achaca a una sola persona o a una única causa el daño producido por muchas, un daño que ya no se puede remediar. Se emplea cuando nadie desea asumir la parte que le corresponde de responsabilidad de algún suceso infausto, en cuyo resultado han contribuido varios factores.
Se emplea cuando hay demasiadas personas en un lugar y llegan más. En un sentido más amplio, se aplica cuando hay exceso de algo malo y todavía aumenta en perjuicio de uno.
Como es lógico, resulta raro que de lo malo venga un bien.
Alude a quien fue a ofender y volvió ofendido, a quien busca más de lo que tiene y se queda sin lo que poseía. Se aplica también a quien ha sufrido una pérdida o un perjuicio en lo que creía ganar o encontrar beneficio.
Advierte contra las pérdidas y problemas que conllevan el juego y la bebida para el gobierno de una casa.
Tanto la viña como el potro causan trabajo y gastos, por lo que no resulta recomendable tenerlos. De modo general, este refrán alude a las dificultades que entrañan los principios, por lo que se aconseja servirse de las experiencias ajenas para emprender cosas arriesgadas.
Alude al perjuicio que puede causar alguien inexperto en una actividad laboral.
Se emplea para advertir de que no siempre se recupera lo que se presta.
Se aplica cuando algo beneficia a unos y perjudica a otros.
Recomienda ser equitativos y no desear para los demás algo que nosotros mismos hemos rechazado por causarnos algún perjuicio o por no reportarnos provecho alguno.
Recomienda a alguien que sea equitativo y no desear para nosotros lo que él mismo ha rechazado porque le causa algún perjuicio o porque no le beneficia.
Hay que saber a quién se cuentan las cosas, no vaya a ser que nos perjudiquemos nosotros mismos.
Se aplica a situaciones muy distintas, ya sea cuando alguien golpea físicamente a otro, ya sea cuando alguien ayuda a otro sin pedir nada a cambio, ya sea cuando alguien se encuentra en mejor situación que quien ha de rogar para que le auxilien.
Critica a quienes se dedican a hacer su gusto, aunque esto les pueda ocasionar un gran daño.
Ya no está o ya ha muerto quien ayudaba y resolvía los problemas; por ejemplo, la madre.
La experiencia demuestra que si fallece la esposa, la madre o la mujer que se ocupa del gobierno de una casa, ésta se descompone y decae al faltar quien se ocupe de ella y sepa llevar con buen criterio y con amor la marcha de un hogar.
Todo tiene su parte negativa, su parte triste, por lo que no queda más remedio que aceptarlo como es.
No hay felicidad completa en este mundo, pues todo tiene su parte alegre y su parte triste.
En ocasiones, el ignorar la existencia de algo o de alguien causa un gran daño.
Advierte que no se alcanza la dicha por completo, pues siempre hay algún sinsabor.
Alude a la imposibilidad de alcanzar la dicha completa, porque siempre hay algún perjuicio o algún sinsabor.
Si no se realiza una mala acción, no hay que esperar castigo alguno.
En ocasiones no es suficiente con la voluntad sino que se debe contar con los medios suficientes, como sucede cuando se pretende hacer daño a alguien.
Se aplica a quien gasta el tiempo buscando diferencias en las cosas carentes de ellas, y también a quien con impertinencia repite algo, pero con distinto nombre o mediante una paráfrasis.
Hiperbólicamente advierte que ayudar a otros causa a veces grave quebranto y consecuencia.
Se dice este refrán para indicar a alguien que, como no ha querido hacer lo que le pedimos, no espere que lo ayudemos cuando nos necesite.
Advierte que la lealtad suele ir acompañada de una serie de inconvenientes.
Al levantarse del suelo la hormiga para volar, o se pierde o se la come un pájaro. En sentido figurado, se refiere a la persona que fracasa cuando ocupa un lugar más alto. Se aplica a quien usa mal su libertad, poder o dominio. Se dice para significar que algo bueno y ventajoso de por sí puede ser a veces motivo de desgracia para quien lo posee.
Da a entender que la actitud o la opinión de alguien no es suficiente para cambiar lo decidido por la mayoría.
Da a entender que uno debe atenerse a las consecuencias si ha sido él mismo quien ha propiciado la llegada de algún daño.
Critica a los negligentes. Se debe asumir sin queja las consecuencias de sus actos, incluso si le causan algún daño. También puede aplicarse este refrán a quien se equivoca en el matrimonio.
No siempre gana en un negocio quien invierte más.
Entre muchos que tienen interés por algo, sale perjudicado quien no está presente. Se emplea a modo de excusa por no haber incluido a alguien en algún reparto, al no estar presente. En general, alude a los inconvenientes de estar ausente.
Quienes no pueden vengarse en la misma persona que los ofendió, se vengan en algo que les pertenece, de modo que le hacen daño y no va a defenderse.
Advierte que quien tiene un negocio está expuesto tanto al daño como al beneficio.
Alude al vergonzoso, que por faltarle firmeza pierde muchos beneficios.
Alude a quien emprende un negocio sin estar preparado para ello, lo que desemboca en pérdidas graves.
En ocasiones, algunos cargan con culpas ajenas y salen muy perjudicados.
En ocasiones, se causa menos daño hiriendo a alguien que desacreditándola, porque el daño fisico se puede curar y la murmuración o la difamación produce un daño irreparable. Se recrimina a los murmuradores, al tiempo que indica los daños irreparables de la maledicencia.
Alude a los problemas de convivencia que suelen existir entre vecinos.
Recomienda actuar honestamente, pues de otro modo el primer perjudicado es uno mismo.
La excesiva curiosidad y la poca cautela puede provocar un gran perjuicio.
Afirma que todas las cosas están formadas por su parte positiva y su parte negativa.