Asno de muchos, lobos lo comen
Lo que pertenece a muchos o lo que usan muchos pero nadie cuida como propio, acaba por perderse o deteriorarse. Por eso, el cuidado particular de las cosas es el efectivo.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Lo que pertenece a muchos o lo que usan muchos pero nadie cuida como propio, acaba por perderse o deteriorarse. Por eso, el cuidado particular de las cosas es el efectivo.
Lo que se logra con malas artes, no tiene buen final. Por otra parte, se puede aplicar a quien disfruta de bienes que no son de su propiedad o quien tiene una propiedad en usufructo no puede dejarlos en herencia a sus descendientes.
Cuando no se habita una casa o no se vigila, se echa a perder.
Da a entender la conveniencia de tener casa con vistas a dos calles porque tendrá mejor luz y la viña resguardada de las inclemencias del tiempo y de los viandantes. También señala que las propiedades tienen más valor cuanto mejor situadas estén.
Esta reflexión la haría quien echa sus cálculos y entiende que es preferible que se limite a lo que tiene sin esperar dinero de otros.
Este refrán tiene un doble sentido: por un lado, indica que debe compartirse con los demás los bienes que uno posee; por otro lado, señala que son gratuitos los bienes fundamentales de la vida.
Se emplea con ironía para aludir a quien no puede aprovechar las riquezas o los beneficios que recibe.
Señala que la más fundada esperanza de lograr algo pronto puede quedar destruida en un instante, por lo que algo no es seguro hasta que no se tiene.
Lo necesario nunca estorba. En este caso, se manifiesta el deseo de tener en abundancia.
Alude a la inestabilidad de la fortuna que puede afectar a los bienes en sentido negativo y provocar daños cuando menos se espera.
Mediante el referente del cencerro que se pone al ganado para localizarlo con facilidad, se recomienda ser precavido y diligente para no perder lo que se posee.
El propietario de un bien o de un negocio debe estar muy pendiente de él, si quiere que funcione bien.
Recomienda estar atento a los bienes o negocios propios, con el objeto de que no sufran perjuicio alguno.
Donde hay abundancia fácilmente se improvisa una comida o se salva una dificultad.
Para que vaya bien un negocio o un bien, el propietario debe cuidar de él personalmente y no dejarlo al cuidado de otro.
Alude a quien presume de tener dinero, pero no es así.
La abundancia de bienes no resulta perjudicial. Se debe disponer de lo necesario para actuary no considerarlo superfluo ni un estorbo.
No es censurable adueñarse de algo que otro ha perdido, si se desconoce su identidad y, por tanto, no se puede devolver a su dueño.
En ocasiones sucede que lo que más se cuida o se reserva por ser muy delicado se extravíe o lo encuentre la persona a quien no estaba destinado.
Por lo general, no se cuida debidamente lo que no es de nadie en particular y de todos al mismo tiempo.
Se dice para expresar la convicción de que la ropa usada dura poco, aunque sea regalada. En sentido idiomático se aplica cuando se suele gastar con prodigalidad lo que se adquiere por donación o por herencia, por lo que se recomienda aplicación en el trabajo con el objeto de conservar bien los bienes.
No se suele valorar en su justa medida lo que se ha adquirido a muy buen precio o sin apenas esfuerzo.
Lo que se ha conseguido o lo que ha llegado de un modo concreto se va del mismo modo o de forma similar.
Afirma que cualquier dolor con pan se alivia. La adversidad es más llevadera y soportable si hay bienes materiales.
Elogia el papel de la mujer en la buena administración de las propiedades.
Del mismo modo que es preferible el diente natural al postizo, resulta mucho mejor lo natural y necesario para la vida que lo accesorio.
Da a entender que es preferible soñar con lo que se desea a adquirirlo con malas artes o por la fuerza.
Aconseja conformarse con lo que ya se tiene y no arriesgarlo por algo quizá mejor, pero totalmente incierto.
Los bienes adquiridos con tesón por una generación no siempren se mantienen en las generaciones siguientes. En un sentido más general, se puede emplear para significar que, con frecuencia la generación siguiente adopta una actitud contraria.
Ante la inestabilidad de los bienes terrenales, conviene ser precavidos y acumular lo necesario no sólo para el momento actual sino también para el futuro inmediato y no tan inmediato.
El que toma lo de otro fácilmente será desposeído.
No resulta conveniente repartir los bienes antes de morir, pues puede verse uno en la miseria. En sentido general, aconseja no precipitarse en dar a los demás todo lo que uno posee.
Los bienes mal adquiridos causan muchos problemas.
Previene frente a los que no temen riesgos o gastos porque nada aventuran.
Advierte que quien tiene un negocio está expuesto tanto al daño como al beneficio.
Alude a quien emprende un negocio sin estar preparado para ello, lo que desemboca en pérdidas graves.