A barriga llena, corazón contento
Una vez saciado el apetito, uno se siente satisfecho y feliz.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Una vez saciado el apetito, uno se siente satisfecho y feliz.
Una vez saciado el apetito, la satisfacción trae la alegría. En un sentido más amplio, se emplea este refrán para expresar la alegría que experimenta quien consigue lo que necesita y está satisfecho por ello.
Este refrán recomienda la moderación en el comer, incluso si se trata de alimentos considerados exquisitos, pues, aunque sean buenos, pueden acabar por cansar. En un sentido más general, indica que las cosas, aun siendo buenas, deben tomarse con calma, con el fin de no hartarse de ellas, pues no gustan que se repitan, se prefiere la variación.
Cuando se ha saciado el apetito, el ánimo está alegre.
La permanencia prolongada de un huésped causa fastidio y trastorna el ritmo de la casa.
Alude a la facilidad con uno se cansa de las visitas y a la alegría que uno manifiesta cuando se marchan.
Expresa que el estómago lleno produce una considerable reducción en los movimientos, pues disminuye las ganas de trabajar o de andar.