A la olla que hierve, ninguna mosca se atreve
Da a entender que nadie se arroja a un riesgo conocido.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Da a entender que nadie se arroja a un riesgo conocido.
Advierte de lo peligroso que puede ser tomar agua que no fluye. En sentido general, critica al ocioso, al holgazán, por mantenerse inmóvil como el agua estancada.
No es conveniente abordar un asunto que puede traernos problemas.
Conviene elegir la vía más segura para huir de los peligros y ser moderado, para alejarse de los extremos que puedan resultar peligrosos.
La familiaridad entre personas de distinto sexo puede llegar hasta el extremo de hacer que pierdan el control de sí mismos y propiciar un embarazo inesperado. Previene contra el riesgo de embarazo o la precipitación en concertar una boda cuando los jóvenes se tratan con excesiva confianza y libertad.
Este refrán se emplea en sentido recto, para indicar la dificultad que supone cuidar de una casa que tiene varios accesos.
Censura a quien se sirve de la ayuda de los demás para empresas peligrosas.
Tanto el ladrón como el gato, están considerados dos peligros para los bienes e incluso para la propia vida. En sentido general, se recomienda evitar aquello que pueda perjudicarnos.
Hemos de prevenirnos ante el comportamiento inusual de una persona, porque muy probablemente obedece a una intención velada que nos afectará negativamente.
Hay que evitar las ocasiones peligrosas y no dar facilidades a quien nos puede hacer mal.
La gran ligereza de la liebre sirve para aludir a los sucesos repentinos e inesperados.
Alude al riesgo existente en la demasiada familiaridad o el trato frecuente entre hombres y mujeres, por la fragilidad humana.
Se emplea este refrán para tranquilizar ante el temor de un vecino peligroso o ante una situación extraña, pero no hay que confiarse.
Acudimos por ayuda en la necesidad, pero solemos olvidar el compromiso de agradecimiento.
Se recomienda evitar las situaciones de apariencia engañosa o aquellas que puedan entrañar peligro.
Alude a las ocasionesen las que la lentitud en actuar empeora la situación, aumenta el peligro.
No es aconsejable entrar en conflictos familiares, porque los que son de la misma sangre suelen después entenderse y pueden achacar a los extraños una culpa que no les corresponde y, de esa forma, se pierde la amistad.
Recomienda no intervenir en las discusiones entre parientes, porque ellos pueden reconciliarse con facilidad; pero quien ha tratado de mediar con frecuencia pierde la amistad de algunos o de todos.
A veces, por tratar de evitar un problema, se desemboca en una situación más difícil todavía.
En ocasiones sucede que, por tratar de alejarse de un peligro, se cae en otro similar o peor.
En ocasiones, uno trata de alejarse de un mal pasajero y topa con otro mayor.
Las situaciones que pueden entrañar peligro o que pueden ser desagradables ahuyentan a la gente..
Los cambios, aunque sean ventajosos, pueden tener sus riesgos.
Alude a la honestidad de la mujer, al cuidado que se debe tener de ella, pues, una vez perdida, no se repara.
Enseña a no asustarse de las amenazas cuyo cumplimiento no se llevará cabo.
Advierte de la peligrosidad de las armas de fuego si las manejas alguien inexperto o si su uso lleva a las consiguientes desgraciadas consecuencias.
Resulta fácil juzgar algo desde un sitio donde no hay peligro alguno.
Recrimina a quienes se olvidan de quien, una vez conseguido un beneficio, se olvida de quien lo ha hecho posible.
Con harta frecuencia, todo el mundo se muestra muy valiente cuando el peligro ha pasado.
Critica a los temerarios y a lo que se exponen sin necesidad.
Se refiere a los peligros del mar.
Advierte del peligro al que se expone quien busca situaciones muy perjudiciales.
Se refiere a los peligros del mar y, en un sentido general, recomienda no exponerse a situaciones peligrosas o que nos causen miedo.
Resulta difícil huir de un peligro si se dispone de muy pocos recursos para ello, incluso de un único recurso. Por eso, se recomienda tener más de una vía de escape por si falla la que se tiene.
Se aplica a quien, procurando huir de un peligro, se mete más en él o en otro peor.
Los peligros del mar son tan numerosos que pueden suponer poner en riesgo la vida, por lo que resulta habitual encomendarse a Dios en más de una ocasión. En sentido más genérico, recuerda que se suele rezar espontáneamente en los momentos de gran peligro.
Quien se expone con frecuencia a las ocasiones de peligro tarde o temprano quedará atrapado en ellas.