Envidia, del vivo; de los muertos, olvido
Como el olvido invade paulatinemente el recuerdo de los muertos, la envidia sólo alcanza a los vivos.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Como el olvido invade paulatinemente el recuerdo de los muertos, la envidia sólo alcanza a los vivos.
La envidia o el deslumbramiento de lo que no se posee confunde en la estima que de verdad merece.
Recrimina a los envidiosos, por considerar que son mejores las posesiones de los demás.
Es preferible despertar la envidia de los demás por tener bienes o cualidades a suscitar compasión por carecer de ellos.
Critica a la persona que siente envidia, lo que le impide ser feliz.
Reconoce la existencia de la envidia como un defecto muy presente pero oculto en el ser humano.
Es preferible que nos envidien a que nos tengan compasión, porque apetece lo que se estima como bueno.
Alude a la desigualdad en los bienes. Suele decirlo quien está falto de bienes a modo de queja, cuando compara su situación con la de otros mucho más desahogada. Se dice en ocasiones con cierta envidia, como un lamento por una situación que se juzga injusta.