Paciencia y barajar
Si se quiere conseguir algo hay que saber ser paciente y perseverante al mismo tiempo, tanto en el juego como en la vida.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Si se quiere conseguir algo hay que saber ser paciente y perseverante al mismo tiempo, tanto en el juego como en la vida.
Los bienes adquiridos con tesón por una generación no siempren se mantienen en las generaciones siguientes. En un sentido más general, se puede emplear para significar que, con frecuencia la generación siguiente adopta una actitud contraria.
Se refiere al amor que se siente por la tierra en que se nace.
Recomienda ser prudentes cuando se trata de emitir juicios que pueden afectar a terceros.
Conviene dar pruebas de la palabra dada.
Con frecuencia no se cree la promesa dada porque se incumple con facilidad, por lo que se recomienda dejar constancia plasmándola por escrito. Se puede aplicar también a quien ofrece con facilidad lo que poco cuesta.
Recuerda el alto precio que paga quien depende de los demás en cuestiones de primera necesidad. En efecto, el favor ajeno obliga a corresponder, a veces hasta mucho más del beneficio recibido.
El pan es bueno y un alimento gastronómicamente muy apreciado, pero no hay que limitarse a él ni comerlo con otros alimentos que tengan también carbohidratos, como el arroz o las patatas. Lo propio del pan es acompañar a otros alimentos que no tengan carbohidratos. Por eso, el refrán repruebe a quien solo come pan o pan con arroz y recomiende indirectamente la variedad en la alimentación. Empleado en sentido amplio, el refrán rechaza la unión de lo que forma un conjunto monótono o de poca utilidad por ser semejante.
Ante la inestabilidad de los bienes terrenales, conviene ser precavidos y acumular lo necesario no sólo para el momento actual sino también para el futuro inmediato y no tan inmediato.
Recuerda que el amor puede llegar en cualquier momento.
Este refrán critica a quienes alegan pretextos sin fundamento para evitar hacer algo. Critica también a quienes tratan de justificar sus errores o faltas, tomando como excusa hechos o circunstancias que le son totalmente ajenos.
Recuerda que la vejez lleva emparejada una serie de dolencias ineludibles.
Se aplica a la persona que continuamente está sufriendo adversidades.
Denota que no resulta necesario mostrarlo o enseñarlo todo, ya que de un ejemplo se puede deducir fácilmente todo lo que falta por descubrir.
Quien quiera ir bien arreglado, tiene que estar dispuesto a padecer algunas molestias. Se dice de modo muy especial para recomendar a las mujeres llevar zapatos de tacón alto. En sentido general, se emplea para advertir que se ha de padecer para conseguir lo que se desea poseer.
Si deseamos predisponer a una persona a nuestro favor habrá que tener alguna atención con ella.
Se emplea cuando no resulta beneficiosa la presencia cercana de parientes.
Recomienda soportar con resignación los malos momentos por los que pasa un familiar.
Si queremos que las cosas estén bien hechas, hay que realizarlas con calma.
Expresa que reconocer la cupla puede llevar a una atenuación de la pena.
Se refiere a las verdades que permanecían ocultas y que afloran por una discusión.
Con harta frecuencia, todo el mundo se muestra muy valiente cuando el peligro ha pasado.
Se aplica a quien sufre un empeoramiento de la enfermedad o a quien se considera sano y trata de llevar una vida normal, pero todavía no ha recobrado del todo la salud.
Se dice cuando quienes amenazan y se muestran coléricos no son los más peligrosos, pues hacen poco o sólo bravatas.
Critica a la persona que siente envidia, lo que le impide ser feliz.
Se dice a modo de consuelo a quien consigue con diligencia alguna parte de lo que solicita.
Recomienda ser activo y constante en el trabajo para mejorar la condición.
Si uno no quiere equivocarse, debe tener mala opinión de los demás.
Alude a lo poco que duran las alegrías.
Se refiere a las cuantiosas pérdidas que puede acarrear un pleito tanto si se gana como si no, pues, aunque resulte favorable la sentencia, lo habitual es que no se quede en uno solo, con el consiguiente gasto, que en ocasiones acarrea la ruina.
No hay que avergonzarse por carecer de una buena situación económica ni hay que despreciar a quien la padece.
Si se trabaja con regularidad, aunque dé la impresión de que no se avanza, se acaba el trabajo y se obtiene provecho.
El trabajo siempre proporciona algún beneficio, por pequeño que sea. Con este refrán, se critica a quienes se excusan de trabajar alegando que apenas obtienen provecho.
No es raro que donde hay cierto número de personas no se encuentre la armonía, haya diferencia de pareceres e incluso disputas.
Denota lo mucho que puede el dinero
Denota la diversidad de pareceres y opiniones en los humanos.
Hay que moverse mucho y trabajar para conseguir cierto bienestar.
Aconseja no ser pródigo en dar limosnas.
Alude a la fuerza del dinero que influye incluso en quienes no lo aprovecharán. Este refrán toma como referencia el hecho de que el perro amaestrado acostumbra a lucir sus habilidades esperando la recompensa de su amo.
Se conoce la condición de las personas por sus hechos.
Por la muestra o por el principio de algo, se puede conocer el resto. Así, un indicio puede servir para llegar a una deducción más general. Se dice también de las cosas o de las personas, cuando se conocen sus defectos o cualidades únicamente por un solo hecho.
El efecto puede llevar a descubrir la causa.
Se refiere al afecto que se siente por alguien, no porque haya un amor verdadero sino porque existe sólo una relación interesada. Por eso, junto al poderoso suele haber mucha gente.
Todo resulta aprovechable por la diversidad de gustos.
Recomienda la discreción en el hablar.
El anzuelo representa el peligro, lo peligroso que puede ser hablar de forma desconsiderada.
Hiperbólicamente advierte que ayudar a otros causa a veces grave quebranto y consecuencia.
Se emplea en sentido recto y, en sentido figurado, para indicar que se puede conocer cómo son los demás por un detalle en su comportamiento. También se emplea para indicar que por una parte de algo se puede conocer cómo es el todo.
Aconseja no tomar, en ocasiones, la vía más directa para conseguir algo, sino un camino más largo pero mucho más seguro y eficaz.
Alude a la llegada del invierno representada por la presencia de la nieve.
Recomienda no cambiarse de casa porque los vecinos sean malos.
Se dice este refrán para indicar a alguien que, como no ha querido hacer lo que le pedimos, no espere que lo ayudemos cuando nos necesite.
De igual modo que la abundancia de trigo resulta muy beneficioso por ser el pan un alimento de primera necesidad, la abundancia de cosas útiles no causa perjuicio alguno.
Alude a la llegada del buen tiempo.
Se refiere a que hay más horas de luz.
Se refiere a que, el 24 de Febrero, el día y la noche tienen la misma duración.
Advierte que la lealtad suele ir acompañada de una serie de inconvenientes.
Al levantarse del suelo la hormiga para volar, o se pierde o se la come un pájaro. En sentido figurado, se refiere a la persona que fracasa cuando ocupa un lugar más alto. Se aplica a quien usa mal su libertad, poder o dominio. Se dice para significar que algo bueno y ventajoso de por sí puede ser a veces motivo de desgracia para quien lo posee.
Se juzga a alguien por su obra, la causa por el resultado.
Hay que poner remedio cuando el desperfecto es pequeño, para evitar que llegue a más y resulte mucho más costoso.
Da a entender que la actitud o la opinión de alguien no es suficiente para cambiar lo decidido por la mayoría.
Se dice para dar a entender que alguien no hace caso ni aprecio de lo que le dicen o aconsejan.
En ocasiones, es suficiente con un hecho aislado para crearse una reputación.
Se refiere a la pérdida de algo importante por un hecho insignificante.
Es necesaria la perseverancia para alcanzar las cosas difíciles.
Enseña que se debe pedir explicaciones o aclaraciones ante cualquier duda.
Anima a decidirse a empezar algo arduo de hacer o algo cuyo término no se ve.
Aconseja no ser muy pródigo en promesas por temor a no cumplirlas todas y cumplirlas lo ante posible.
Recuerda la facilidad con que se incumplen las promesas.
Recomienda tomarse el tiempo suficiente para hacer las cosas bien.
Explica los inconvenientes que provocan las deudas, por la continua molestia de los acreedores.
Cuando hay muchas facilidades para caer en la tentación, resulta muy difícil resistirse.
Del mismo modo que no es propio del caballo arar sino llevar silla ni del buey ensillarlo sino arar, aconseja no trastocar las ocupaciones sino que cada uno haga lo que sabe, pues no se puede esperar nada bueno si las cosas van al revés.
Conviene conformarse con lo que se tiene, si no se puede conseguir algo mejor.
Se emplea para indicar que, cuando a uno le queda poco tiempo para disfrutar de algo, no le importa hacer lo que le apetece, aunque no sea lo correcto.