Hablando del rey de Roma, por la puerta asoma
Se emplea cuando se presenta inesperadamente la persona de la que se está hablando.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Se emplea cuando se presenta inesperadamente la persona de la que se está hablando.
Recomienda establecer cierta confianza para poder entablar una conversación o explicar con franqueza los detalles de algo.
Se aplica al necio acostumbrado a callar y que, cuando habla, es para decir algún disparate.
Se abusa con facilidad de la persona de carácter demasiado blando o complaciente, por lo que resulta perjudicial la mucha suavidad y complacencia.
Muestra lo mucho que importa realizar buenas acciones.
Para que vaya bien un negocio o un bien, el propietario debe cuidar de él personalmente y no dejarlo al cuidado de otro.
La desesperación o el oprtunismo puede hacer que se busque de modo irregular o anormal una solución a los problemas.
Sentir la necesidad o el deseo de calmar el hambre o las ganas de comer es una experiencia pasajera cuando se sabe casi con seguridad que se va a calmar. Se recomienda realizar con paciencia los trabajos en los que se sabe que habrá una recompensa o un beneficio.
No se debe pedir la observancia del ayuno a quienes apenas comen.
Se recomienda permanecer abrigado hasta estar seguro de que ha desaparecido el tiempo frío.
Procedente de la jerga taurina, advierte que nada debe considerarse rematado hasta que no llegue su final. Por eso, no hay que confiarse sino estar preparado para alguna sorpresa o imprevisto, como el torero que piensa que el astado ya ha recibido bastante castigo cuando la verdad es que puede revolverse inesperadamente y darle una cornada.
Aun en circunstancias difíciles, la vida es lo más valioso.
Reprende irónicamente a quien tienen pretensiones superiores a su condición y mérito, a quienes quieren sobresalir y parecer más de lo que son.
Da a entender que sólo se percibe la gravedad de una enfermedad cuando uno o alguien muy próximo cae enfermo. En sentido más amplio, uno no se da realmente cuenta de los aspectos negativos de algo hasta que no los sufre personalmente.
Recomienda saber esperar la situación propicia para actuar, porque habrá alguna más adecuada que la situación actual. También aconseja reservar provisiones del gasto cotidiano.
La tranquilidad de ánimo resulta muy beneficiosa e indispensable para un buen estado de salud.
Muestra que se debe hacer el bien de forma desinteresada.
Recomienda hacer buenas acciones sin difundirlo ni alardear de ello.
Enseña la obediencia que debe mostrar en todo momento el que sirve hacia el dueño, el subordinado hacia su superior, y la mucha estimación que se consigue con dicha obediencia.
Se emplea para animar a gozar de los placeres de la vida cuando todavía hay ocasión.
Da a entender que la belleza física no sirve de nada si no va acompañada por la inteligencia.
Alude a la predilección que se siente por los hijos de sus hijas antes que por los de sus hijos, porque se tiene la certeza de que son nietos.
Recomienda amar y atender a los padres tal como esperan ser luego ellos atendidos.
Recrimina a los que disponen de antemano de las cosas que no tienen seguras.
Se aprecia y ama lo que cuesta lograr. Se refiere en particular a las madrastras, que difícilmente puede amar a los hijos de su marido porque ellas no has sufrido las fatigas del embarazo ni del parto.
Las preocupaciones que siente los padres por los hijos se acrecientan cuando los hijos se van haciendo mayores, pues son mayores los problemas que puedean tener.
Recomienda desconfiar de quien se acerca con elogios desmedidos.
La felicidad no está en poseer muchos bienes sino en conformarse con lo que se tiene. Así, la pobreza se sobrelleva mejor si se adopta una actitud adecuada y optimista.
Alude a la ventaja de obrar con prevención. Aconseja ser cauto, estar vigilante para no ser engañado y considerar así que ya se ha superado la mitad de la dificulltad.
Alude a los achaques propios de la vejez, a las limitaciones y pesares que le afectan.
Se elogia a quienes no desmerecen con sus acciones la buena fama de sus ascendientes.
Por lo general, son poco beneficiosos los empleos de honor, pues en rigor implican desinterés; no resulta compatible, pues, ser honesto e interesado. Quien es honrado no ha de ser interesado. También significa que no suele ser honesto quien se enriquece en poco tiempo.
Está bien ayudarse y complacerse unos a otros, sin olvidar que es natural la correspondencia.
En ocasiones sucede que, por tratar de alejarse de un peligro, se cae en otro similar o peor.
En ocasiones, uno trata de alejarse de un mal pasajero y topa con otro mayor.
Las situaciones que pueden entrañar peligro o que pueden ser desagradables ahuyentan a la gente..
Como es lógico, resulta raro que de lo malo venga un bien.
Habla de la importancia de ser bondadoso sin tener en cuenta cómo es la persona a quien se le presta ayuda o se hace un favor. Se trata de hacer el bien de forma desinteresada y sin buscar nada a cambio.