Al niño, mientras crece, y al enfermo, mientras adolece
Denota el cuidado que se debe tener con los niños y los ancianos.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Denota el cuidado que se debe tener con los niños y los ancianos.
Advierte la inconstancia característica de la corta edad, en la que todo es cambio que pasa como el agua por un cesto. Alude a la poca confianza que se debe tener por el afecto de los niños, considerado de escasa consistencia. Sin embargo, ellos aman sin dobleces, con la inocencia propia de su edad. A veces se dice este refrán para denotar la inconsistencia de los amores de adolescentes.
Los niños carecen de conocimiento y de la fuerza suficiente para realizar labores agrícolas, como la de arar la tierra. El niño simboliza el obrero inexperto. En sentido general, no se obtienen beneficios si se elige un colaborador inexperto, por ahorrarse un dinero al pagar un sueldo bajo o por no seleccionar bien a los que van a ayudar. También se utiliza para aconsejar la conveniencia de mantener a distancia a los niños.
Equipara la mujer y el niño por su dificultad para guardar un secreto o tener discreción en el hablar.
Esto sucede porque corrigen y castigan al niño, y el viejo porque siente enfermedades y otros padecimientos. En definitiva, el llanto acompaña toda la vida del hombre.
Recomienda ser prudentes y cautos con las conversaciones mantenidas delante de los niños, pues su ingenuidad hace que, en muchas ocasiones, no sepan ser discretos y repitan sin reparo ni reflexión lo que han escuchado a sus mayores.
Lo que se aprende en los primeros años de vida se arraiga de tal forma que perdura toda la vida.
A lo largo de la vida siempre se recuerda lo que se aprende de niño, siempre se mantienen las costumbres adquiridas en la niñez.
Las personas incapaces de reflexionar o de dismular, declaran lo que sienten y ven.
No conviene confiar el manejo de los negocios a personas ineptas o de poco seso, pues seguramente no obtendrá beneficio alguno.
Recomienda a cada uno cumplir lo que le corresponde y llegar hasta donde alcancen sus medios, sin preocuparse por los demás.