Galgo que muchas liebres levanta, ninguna mata
Para ser más eficaces, recomienda no atender varias cosas a la vez sino una tras otra.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Para ser más eficaces, recomienda no atender varias cosas a la vez sino una tras otra.
Para dar fruto, para trabajar hay que estar alimentado.
Se trata de un refrán gastronómico que, empleado en sentido más general, puede referirse a las cosas de calidad y a los beneficios que conlleva usarlas.
Cuando alguien no habla en una conversación se debe a que teme por algo que le afecta.
Quien pretende algo busca alguna mediación para facilitar su obtención.
Alude a las situaciones injustas en las que son otros quienes se benefician del esfuerzo de los que han trabajado y se han sacrificado. Recrimina también a quienes dilapidan lo que heredan.
Una buena economía exige administración juiciosa, esto es, ganar y guardar.
Para cada tarea hay que contar con los medios necesarios y no pretender refinamientos impropios e inútiles, más aún cuando no se está acostumbrado a ellos.
Quien ha padecido algún daño en una situación peligrosa teme hasta la apariencia de aquello que le ha hecho sufrir. En un sentido más general, este refrán indica que una experiencia dolorosa nos vuelve muy desconfiados.
Se trata de un anuncio de mal tiempo.
Con los años no se cambia el carácter, lo que se ha recibido por herencia genética.
Constatación meteorológica de la llegada cercana de la lluvia.
Elogia la constancia, pues poco a poco todo llega a su fin. En ocasiones, denota también que los caudales más grandes desaparecen si no se lleva a cabo una prudente economía.
El esfuerzo diario permite conseguir lo que uno desea.
Recrimina a quien quiere disimular con el ornato exterior su escasa valía o su poco poder. Se dice también cuando se trae algo insignificante con mucho boato.
Recomienda guardar lo que se gana o adquiere, aunque se trate de pequeñas cantidades, pues al cabo de algún tiempo se hallará rico y abastecido.
Este refrán toma dos referentes, uno humano y otro animal, para recomendar alejarse de la persona que no expresa abiertamente sus opiniones, pues, al igual que el perro que permanece en silencio, puede ser peligroso y atacar cuando uno menos lo espera.
Advierte que los padecimientos suelen acompañar a situaciones aparentemente agradables.
La envidia o el deslumbramiento de lo que no se posee confunde en la estima que de verdad merece.