A bien obrar, bien pagar
Quien actúa honradamente, cumple su deber o realiza perfectamente la actividad encomendada es lógico que sea recompensado por ello.
(refrain) m. Dicho agudo y sentencioso de uso común.
Quien actúa honradamente, cumple su deber o realiza perfectamente la actividad encomendada es lógico que sea recompensado por ello.
Alude a quien no ha sido recompensado como se merece. Se diría cuando alguien ha puesto empeño en hacer algo bien, incluso puede haber recibido alabanzas por ello, pero no le han recompensado (económicamente o de otro modo) como cabría esperar.
Cuando se anhela algo, cuando se tiene algún capricho, hay que disponerse a trabajar y sacrificarse para conseguirlo, no debe quejarse por los gastos que puedan originarse ni por las molestias que puedan surgir. Se dice esta paremia con cierta ironía.
El beneficio llega a quien se esfuerza o colabora en una actividad.
Con esta paremia, se da a entender que las desgracias que padece alguien pueden estar provocadas por su comportamiento. También se aplica en un sentido más general para aludir a todo lo que le sobreviene a una persona.
Da a entender que los resultados corresponden a las obras realizadas.
Todos serán recompensados del mismo modo.
Alude a que todo esfuerzo merece su recompensa.
Quien obra bien suele recibir su recompensa.
Advierte que no se puede conseguir beneficio alguno si no se ponen los medios necesarios para ello.
Advierte de las terribles consecuencias que puede acarrear realizar malas actuaciones o predicar malas doctrinas.