De lo que no cuesta, lleno la cesta
Se emplea cuando alguien obsequia pródigamente con lo de los demás, precisamente porque a él no le supone gasto o pérdida. Recrimina irónicamente los excesos o las exigencias de ciertas personas. Cuando no hay que pagar, la gente no suele poner límite a su afán de acaparar.
Tipo: Refrán
Uso: Poco usado