De perdidos, al río
Se dice cuando se ha iniciado ya una acción y hay que procurar terminarla pese a su peligrosidad y aceptando todas las consecuencias. Se emplea para indicar que, ante una situación muy difícil, se opta por la solución más descabellada, en este caso representada por la decisión de tirarse al río, por ejemplo, ante el avance del enemigo o un fuego. Tal opción se debe ante la desesperación que conduce a que ya nada importe, o ante la idea de que lo más absurdo representa la única solución.
Tipo: Refrán
Uso: De uso actual
Observaciones: Parece que esta frase proviene de las batallas, cuando en otros tiempos la principal maniobra para derrotar al enemigo consistía en empujarlo hasta que llegase a orillas del río. Así, al tener a su espalda el río, se reduciría su capacidad de maniobra y perdería la batalla, pues o se tiraban al río si no querían morir o se rendían.